Entrevista a Eduardo Núñez Orduña, cirujano plástico del Instituto de Cirugía Estética del Hospital Recoletas Campo Grande (Valladolid), en el periódico El Norte de Castilla.
El robot ARTAS® ha revolucionado la implantología capilar. Éste permite que los médicos especializados en restauración capilar puedan trasplantar cabello, consiguiendo un resultado permanente y sin cicatriz lineal. «Es un procedimiento robotizado mínimamente invasivo, que permite que la recuperación del paciente sea rápida y sencilla», explica Eduardo Núñez Orduña, cirujano plástico del Instituto de Cirugía Estética del Hospital Recoletas Campo Grande.
El patrón genético de cada persona ¿es el que condiciona la caída del pelo?
Efectivamente. La razón fundamental es la herencia genética que recibe cada persona. La susceptibilidad hormonal masculina es lo que va a determinar que se caiga el pelo. La mayoría de los hombres tenemos unidades foliculares (UFC) con un patrón de resistencia a la acción de la hormona masculina en la región occipital y en las temporales, de ahí que los pacientes con alopecia conserven el pelo en esas áreas y lo pierdan en la frontal y parietal, donde asientan UFC susceptibles a la hormona masculina (testosterona).
Hay dos tratamientos médicos pero que solo ralentizan lo inevitable…
Sí. Por un lado están los inhibidores de la 5-alfa-reductasa (finasterida, dutasterida), y por otro, el minoxidil, pero ambos tienen en común una cosa: retrasan la evolución pero no modifican el resultado final. Aquel que está condicionado a quedarse calvo se quedará calvo.
¿Quiere decir con esto que la única solución para la pérdida de cabello es el implante capilar?
Sí, salvo ciertos estadios de alopecia demasiado avanzados. Es algo muy sencillo: la cantidad de pelo excedente en aquellas zonas donde la unidad folicular es resistente a la acción hormonal es distribuida allí donde la densidad capilar es escasa, pero tiene que haber un equilibrio entre lo que el paciente puede donar y lo que necesita. El implante capilar ofrece un resultado excepcional cuando existe una buena densidad en la zona donante, equilibrada con el número de UFC que precisa la zona receptora para alcanzar una densidad capilar óptima…, luego se presentan una serie de estadios intermedios que hay que valorar con expectativas realistas.
Las unidades foliculares trasladadas, ¿crecen con normalidad?
Sí, una vez injertadas, cumplen su ciclo biológico y perduran en el tiempo. No se caen.
¿Cuál ha sido la evolución de la implantología capilar?
La primera técnica contrastada fue la tira (FUSS). Se extraía de la zona occipital, un fragmento de piel con sus correspondientes UFC, que eran talladas una a una para obtener finalmente un número limitado, por lo que se pensó: ‘¿Por qué solo extraer UFC de una tira, si la zona potencialmente donante es mucho más extensa?’ Así se desarrolló una nueva técnica, FUE -acrónimo en inglés de Extracción Unidad Folicular; muy laboriosa y técnicamente muy exigente. Se realizaba con un punzón hueco, que contaba con un reborde cortante que pretendía englobar la UFC y extraerla, pero si el ángulo de incisión no coincidía con el que seguía el pelo, éste se podía seccionar, de tal forma que se seccionaban hasta el 20% de las unidades foliculares. Además, un cirujano era capaz de extraer un máximo de 250 UFC a la hora, lo cual suponía una limitación temporal, que condiciona ba la realización de dos o tres sesiones para alcanzar unos resultados satisfactorios para la mayoría de los pacientes.
Todo esto evoluciona con la llegada del robot ARTAS
Exacto. Producto de la colaboración entre ingenieros de la industria del motor y cirujanos plásticos americanos surge el robot ARTAS, que mejorará enormemente el proceso de implantología capilar gracias a su patente superioridad técnica frente al ser humano. Lo primero que hace con suma precisión es calcular el ángulo exacto de salida de cada UFC, de tal manera que la tasa de sección disminuye hasta el 8%; lo segundo, la aguja fenestrada cortante solo penetra entre 1-1,5 mm para, posteriormente, retirarse y que progrese un punch romo que gira a muchas revoluciones, lo que permite disecar -no cortar- toda la UFC. Cuando termina de disecar la grasa que hay en torno al pelo, hace una leve succión y lo extemaliza. Esta secuencia de operaciones las realiza a una velocidad de extracción de 1.000 UFC/ hora. Por todo ello, el robot ARTAS da mayor fiabilidad y rapidez al delicado proceso de extracción de las UFC, permitiendo que los tratamientos se completen en una única sesión.
Resuma cómo trabaja el robot ARTAS
En el proceso de implante capilar con la técnica FUE y robot ARTAS en primer lugar, el cirujano define el grosor del pelo del paciente y la zona de extracción, que se rasurará a un milímetro; posteriormente, infiltramos la zona con un anestésico local. Una vez anestesiado el paciente, el brazo robótico se traslada a la zona donante para escanear una superficie delimitada por un tensor y así determinar exactamente -nada de aproximaciones- cuántas UFC tiene ese paciente disponibles. Una vez conocidos estos datos, decido qué tipo de aguja voy a utilizar y fijo la superficie de seguridad constante que el robot establecerá entre cada extracción con objeto de garantizar que habrá unidades foliculares que cubrirán de forma homogénea las mínimas cicatrices resultantes de cada extracción y así ser imperceptibles. En los momentos críticos de la extracción el robot realiza unas fotos para que el cirujano pueda comprobar que todo se ajusta estrictamente al protocolo. Yo como cirujano coordino todo el proceso pero intervienen cinco técnicos en él, dos supervisando la actuación del robot, una retirando las UFC extraídas y dos revisando el perfecto estado y clasificando con un microscopio las UFC que serán injertadas en la zona receptora.
Y todo ello en régimen ambulatorio y con anestesia local
Sí. El paciente se marcha el mismo día de la intervención para su casa. Durante 48 horas, llevará una protección en su cuero cabelludo, tras las cuales se incorporará a su vida cotidiana. El proceso es muy laborioso pero poco agresivo. La intervención de implante capilar con robot Artas tiene muchas ventajas.
¿Existe alguna contraindicación?
Nos podrian dar problemas aquellos pacientes que presentan alteraciones de la coagulación sanguínea, pero tendríamos que estudiar cada caso. Y por nuestra seguridad, tendríamos que extremar las precauciones con los pacientes que presenten enfermedades infecciosas de transmisión hematógena. Pero hay que dejar claro que todo el material que entra en contacto con el paciente está incluido en un kit de un único uso.
¿De qué precios hablamos?
No todos los implantes capilares tienen el mismo coste, este depende principalmente del número de UFC a implantar. Pero podemos decir que el importe más frecuente se sitúa en el entorno de los 6.500 euros, impuestos incluidos (IVA 21 %).
¿Cuántos robots ARTAS hay en España?
Seis. Uno en Valladolid, otro en Bilbao, un tercero en Valencia y el resto en Madrid. Nosotros, desde el Instituto de Cirugía Estética del Hospital Campo Grande damos servicio a Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia.