Eduardo Núñez Orduña, cirujano plástico del Instituto de Cirugía Estética ubicado en el Hospital Recoletas Campo Grande de Valladolid, explica en el periódico El Norte de Castilla que la mamoplastia de aumento es un procedimiento seguro con un alto grado de satisfacción entre las pacientes, si bien hay medidas de precaución fundamentales que cualquier mujer debe adoptar
La Sociedad Española de Cirugía Plástica (SECPRE) estima que cada año, en nuestro país, se realizan unas 20.000 mamoplastias de aumento, aunque las casas comerciales incrementan el número de implantes mamarios comercializados a 80.000 –incluida la cirugía reconstructiva oncológica–. Según el Dr. Eduardo Núñez Orduña, cirujano plástico del Instituto de Cirugía Estética ubicado en el Hospital Recoletas Campo Grande de Valladolid (http://institutodecirugiaestetica.com/), las dos medidas de precaución fundamentales que cualquier mujer debe adoptar son: «Asegurarse que será intervenida por un profesional acreditado y que la intervención se realizará en un centro hospitalario».–
¿En qué fases de la vida es más frecuente solicitar una mamoplastia de aumento?
Existen momentos característicos de la demanda de una mamoplastia de aumento, la veintena y la cuarentena. A lo largo de la segunda década de la vida muchas pacientes, habitualmente delgadas, solicitan un aumento volumétrico de su pecho, mientras que a lo largo de la cuarta década de la vida, como resultado de los efectos producidos por la gravedad y las gestaciones, las pacientes demandan una mastopexia de aumento que reinstaure no solo el volumen sino también la posición de sus senos.
¿Cuál es el secreto para que las intervenciones tengan éxito?
Armonía y naturalidad. Adaptar los implantes a las características morfológicas y necesidades de cada paciente. Es obligatorio preguntar y escuchar acerca de los deseos de las pacientes. Se deben crear unas expectativas realistas de cuál va a ser su resultado postoperatorio.
¿Cómo realiza usted la mamoplastia de aumento?
Hoy en día, la industria de los implantes mamarios, nos permiten escoger un implante adaptado a la morfología de cada mujer. La variedad es tan amplia que la elección es, prácticamente, a media. Para ello, las pacientes cuentan con una serie de herramientas para optimizar la decisión: los simuladores volumétricos digitales y las prótesis externas. Los simuladores digitales nos permiten ver proyecciones digitales de cuál va a ser el resultado final. Una vez concretado el implante y la vía de abordaje, la intervención se realiza bajo anestesia general y en régimen de hospitalización (un día). La incisión acordada con la paciente, de en torno a cuatro centímetros, es colocada estratégicamente dado que pretende ser imperceptible.
¿Cuáles son las principales inquietudes de las pacientes?
Las preguntas que me plantean con mayor asiduidad son si se podría ver interferida la lactancia y si hay alguna relación con el carcinoma de mama. En respuesta a la primera cuestión, en la actualidad disponemos de recursos técnicos para no transgredir la glándula mamaria, por lo que la lactancia no se verá afectada si así lo desea la paciente. Tanto el acceso vía axilar como por el surco submamario nos permitirán elevar la glándula sin dañarla. En relación al carcinoma de mama, no se ha establecido ninguna relación etiopatogénica ni supone un impedimento para su diagnóstico en el supuesto de que se desarrolle.
¿Cuáles son la complicaciones más frecuentes?
La principal fuente de complicaciones es elegir a un profesional no cualificado y un entorno no bien equipado. El éxito de una cirugía estética en general, y de una de mamoplastia de aumento en particular, estriba en ponerse en manos de un profesional acreditado por el Ministerio de Sanidad. Para ello, la población cuenta con un recurso de la Sociedad Española de Cirugía Plástica (SECPRE), que en su página web (https://secpre.org/pacientes/buscar-cirujano-plastico) publica un listado de los profesionales acreditados, que cumplen con todas las garantías curriculares para ejecutar esta intervención estética con corrección.
Pero por ir a lo concreto, las complicaciones son poco habituales. En el postoperatorio inmediato nos centramos en evitar hematomas e infecciones. A medio o largo plazo, citar la contractura capsular, aunque ha descendido mucho su incidencia. Es una reacción fibrosa exagerada en torno al implante, que parece ser podría estar relacionada con una contaminación bacteriana no sintomática. Una técnica quirúrgica refinada, implantes con una cobertura de poliuretano (microthane™) y medios que impiden el contacto del implante con la piel son cruciales para evitarlas todas.
¿Es necesario cambiar de implantes como antaño?
En la actualidad, con la aparición de la tercera generación de implantes mamarios manufacturados con geles cohesivos y con varias capas en su cobertura externa, las expectativas son de muy larga duración. De por vida lo veremos…
También está de moda el aumento de los pechos con la propia grasa de la paciente, ¿qué opina?
Entiendo que es la opción ideal, extraes grasa de donde es excedentaria y la trasladas a otra región anatómica en la que la paciente desea un mayor volumen. Si bien, debo citar dos consideraciones: la primera, que lógicamente pueden optar a ella, pacientes que tengan una cantidad de grasa disponible suficiente y la segunda, que el aumento de pecho con lipofilling permite aumentar como máximo una copa (aproximadamente 200 cc) y casi siempre tras varias sesiones quirúrgicas (dos o tres). Es cierto que la tecnología Brava™, disponible en nuestro centro, nos permite mejorar tanto los volúmenes como el porcentaje de grasa viable pero los costes se incrementan y exige de la colaboración por parte de la paciente tanto antes como tras la infiltración.
En el otro extremo se encuentran las mujeres que se ven obligadas a una reducción de mamas…
Sí. En el caso de la hipertrofia mamaria, las mujeres recurren a ella para solucionar un problema que interfiere con su vida cotidiana. Pese a que las secuelas cicatriciales son mayores que en el aumento y la propia intervención es más compleja, el grado de satisfacción es como mínimo equiparable.
¿Cómo afectan estas intervenciones a la vida de las pacientes?
En los últimos años, numerosos estudios han sido publicados y todos ellos han demostrado el impacto positivo de estas cirugías en las mujeres y en sus relaciones con el entorno. Es un hecho que la cirugía estética mamaria mejora la calidad de vida de nuestras pacientes, citando con frecuencia una mejoría en la autoimagen y autoestima.